Viajes con Charley: en busca de Estados Unidos

 

 

 

 

 

Hace algún tiempo compartí este estado en Facebook:

Y de pronto un escritor que lleva muchos años muerto te hace llorar desde un pequeño párrafo en un libro, en el que te describe el valle donde nació, el pasado al que volvemos esperando regresar también al recuerdo fotograma. Ese que solo es real cuando volvemos a marcharnos.
Los que nacimos nómadas no sabemos explicar que nuestras raíces son la nostalgia.

Estaba leyendo “Viajes con Charley: en busca de Estados Unidos”, el diario que escribió John Steinbeck sobre su periplo de tres meses cruzando su país de punta a punta, que ha reeditado Nórdica Libros en un volumen maravilloso.

9788416112296

Este libro fue un bestseller a principios de los sesenta en Estados Unidos, cuando las descripciones de la gente, las costumbres y el marco político social era el presente de los lectores. Y ahora, más de cincuenta años después gana como los buenos vinos porque añade a aquella lectura la distancia histórica de los años. Este texto tiene a partes iguales la cercanía pasmosa de esta mente lúcida que no envejece ni se apolilla y la inevitable distancia con algunas anécdotas que son únicas de aquella época y parecen volverse novela con este paso del tiempo.

En su momento fue un maravilloso viaje por la geografía norteamericana, y es ahora también un viaje por la historia social de este enorme país y también por la nuestra como seres humanos. Steinbeck analiza el paisaje de su tierra, de los distintos mundos paralelos que la configuran y observa cómo se comportan sus paisanos dependiendo de allá donde el destino les hizo nacer. Algunos son nómadas desde la cuna y un impulso extraño les obliga a mudar su vida siguiendo al viento. Otros no han salido nunca de sus granjas y permanecen en ellas durante generaciones viendo pasar desde las ventanas únicamente aquella parte de la vida que se asoma a sus cercados. Steinbeck comparte con unos y otros un alto en el camino. Detiene su caravana Rocinante buscando gigantes a los que enfrentarse o humildes aldeanos con los que compartir una taza de café. Le cuenta a Charley, su perro y escudero, todo lo que recuerda de sus otros viajes cuando era joven y la vida aún no era un pesado equipaje que cargar en el camino comparándolo con lo que encuentra ahora su mirada llena de experiencia. Comparte con nosotros, lectores nuevos, un punto de vista imprescindible ya no solo sobre un territorio sino sobre el modo en que elegimos unos y otros pasar por esta vida, las relaciones que surgen con la naturaleza, con las ciudades, los sentimientos que nacen en unos lugares y otros, lo que nos enriquece viajar y ver por nosotros mismos todo lo que abarca el mundo. Lo que nos enriquece mirar alrededor, parar un momento en el día a día y observar lo que nos rodea.

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Leí desde Madrid un libro con el que he recorrido Estados Unidos a través de una mirada limpia y espero que como ha hecho en mí, despierte en muchos las ganas de viajar y conocernos mejor a nosotros mismos mientras avanza el cuenta kilómetros y si, también el calendario.

Travels with Charley map. Stacy Innerst illustration

  

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